Adaptación entre perros y gatos

Adaptación entre gatos y perros

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Adaptación entre gatos y perros

pautas para una buena convivencia

Autora: Laura Trillo Carmona.

Los gatos y los perros pueden convivir perfectamente y ser mejores amigos, de hecho, hay gatos que prefieren convivir con perros antes que con otros gatos, sobre todo los gatos que son menos sociables o que son territoriales. La convivencia pacífica entre gatos y perros depende mucho más del perro que del gato en general, ya que el gato es capaz de tolerar cualquier individuo que no le suponga una amenaza. Por tanto si el perro no es invasivo, el gato terminará aceptándole.

Desde aquí te damos pautas para facilitar las presentaciones y la convivencia entre gatos y perros, pero sobre todo por parte del gato ya que somos especialistas en su comportamiento. Pero si surgen problemas por la parte perruna, te recomendaremos siempre buscar ayuda profesional en positivo, con los mismos valores y filosofía de trabajo que Terapia Felina, con escucha y sin forzar, ni corregir ningún comportamiento.

Cosas a tener en cuenta antes de juntar gatos y perros

Hay gatos muy sociables que toleran la presencia de cualquier animal o persona, y en el otro extremo hay gatos que no pueden ver ni de lejos otro animal. También existen muchos casos de gatos que no quieren convivir con otros gatos pero adoran la compañía de los perros, ya que no son competencia territorial. Entre uno y otro, están los gatos cuyo comportamiento natural es el de no tolerar de primeras a un nuevo individuo, pero poco a poco consiguen tener una buena relación o convivencia.

Existen diferentes tipos de relaciones, desde simplemente la tolerancia y convivencia sin demasiados roces, hasta una amistad profunda en la que el gato acicala a su compañero y duermen juntos. Esto último no ocurre siempre pero no significa que no puedan convivir. Lo mínimo es que gato y perro se toleren y convivan sin estar en tensión permanente, sin estrés, sin estar alerta por sentirse amenazado por el otro. Normalmente es el gato el que permanece así, aunque también hemos conocido casos en que ha sido al revés.

Adaptación entre perros y gatos
Pese a ser de diferentes especies, son capaces de entenderse, y además utilizan un lenguaje común y universal: las señales de calma.

Por tanto, la relación entre perro y gato es posible, siempre y cuando conozcamos las necesidades de cada especie e individup, tengamos en cuenta que por carácter también puedan ser compatibles, y hacer unas presentaciones graduales con el ritmo que los mismos animales nos pidan. Si van a convivir para siempre juntos, no debemos tener prisa para que lo hagan, habrá mucho tiempo después para que estén juntos. Respeta los tiempos y ten presente que la mejor forma de juntarlos desde el principio es respetando lo que ambos pidan, sin exponerlos a ningún peligro ni situación demasiado tensa.

Hay algo muy importante en el gato y es que es un animal que necesita controlar al 100% su entorno y sus propias reacciones. Si lo agarras en brazos en cualquier situación en la que se pueda sentir amenazado, esto se triplica y su reacción es defensiva, pudiendo agredirte para luego escapar. Si no le agarras y le proporcionas siempre vías de escape (lugares en alto, puertas abiertas, salidas de cualquier tipo), el gato sabrá controlar la situación y huirá cuando así lo sienta. El control debe llevarlo siempre él, nosotros sólo estaremos presentes por si hay que intervenir de verdad (cortando el contacto visual entre ambos con cualquier cosa) y mientras tanto aportaremos tranquilidad y calma a los animales, no lo contrario. Si estás muy nervios@ o asustad@ ante las presentaciones entre ambos, es mejor que te vayas y esté otra persona más calmada o que lo dejes para cuando te sientas tranquil@ con la situación. No olvides que los animales también reaccionan a tus emociones, si les alertas o les transmites tensión reaccionarán a ello. También puedes contar siempre con nuestro equipo para acompañarte durante todo el proceso.

¿Cómo elijo un gato para convivir con un perro y viceversa?

Lo primero es siempre tener en cuenta el carácter del perro y tener un poco de sentido común para encontrar la mejor compatibilidad. Ejemplos:

  • El perro es muy nervioso y activo -> es más compatible un gato joven, sociable con perros y juguetón, porque seguramente el perro le perseguirá y querrá jugar con él, aparte el perro se mueve mucho y si el gato es tímido o tiene miedo, eso le supondrá un martirio y un estrés constante. Se puede convertir en un caso de acoso grave.
  • El perro es muy tranquilo o es muy mayor -> lo ideal sería un gato también tranquilo, incluso puede encajar un gato tímido, ya que el perro le ignorará, esto al gato le dará seguridad. Un gatito pequeño con demasiadas ganas de marcha puede ser demasiado para un perro mayor o tranquilo. Recuerda que deben tener necesidades compatibles, y con eso nos referimos a necesidades de actividad, de energía.
  • El perro es muy miedoso o tímido y se asusta con cualquier cosa -> un gato con demasiado carácter o muy territorial puede empeorar su miedo, así que lo ideal sería un gato tranquilo que no le molestara mucho.
  • El perro es tranquilo pero le gusta jugar, es muy sociable y tiene mucha paciencia sin estresarse -> Esto es como un comodín, podría ser compatible tanto un gatito juguetón como un gato más mayor con un carácter parecido.
  • El perro siempre ha convivido con un gato pero éste ha fallecido y quiero darle otro compañero -> Esto no quiere decir que acepte a cualquier gato. Ha tenido un compañero que era único y cualquier gato no valdría. Se llevaba bien con aquél, pero no por ello debe aceptar a cualquier gato como amigo. Además, el duelo nuestro y el de nuestros animales debemos respetarlo siempre, dure lo que dure, hasta que verdaderamente sientas que es momento de buscar un nuevo compañero, sin dejarte llevar por sentimientos de culpabilidad ni caprichos. Ese compañero llegará solo, sin que lo busques realmente.

Esto son líneas muy generales, pues como decíamos al principio, cada perro y cada gato son únicos y puedes encontrarte situaciones distintas.

Es incompatible un animal muy activo con uno muy pasivo, uno demasiado acosador con uno miedoso que ve amenaza en cualquier movimiento, o un gato muy mayor con uno demasiado joven, aunque a veces se dan estas combinaciones sin problema. Esta es la primera regla que debes tener en cuenta para encontrar esta compatibilidad. Conociendo a tu perro o gato, ¿cómo sería su compañero ideal para que cubriera sus necesidades de actividad, o que se pareciera a él en carácter para que se entiendan y no se acosen el uno al otro? Olvídate de razas, sexos, edades, fíjate siempre en el carácter.

Lo ideal para mi siempre ha sido llevar al perro al lugar donde están los gatos (protectora de animales o casa de acogida) para ver cómo reaccionan todos. El perro siempre debe ir atado con la correa holgada y sin collar de ahogo ni nada negativo, los gatos nunca. Si no conocemos la reacción del perro, lo mantendremos a una cierta distancia, jamás forzaremos ninguna situación, no regañaremos a nadie, ni tensaremos la correa, procuraremos que no esté demasiado excitado, y nos fijaremos en sus primeras reacciones al ver a los gatos.

Pongámonos en la situación en que nos hemos enamorado de un perro y queremos probar a ver qué tal con gatos antes de llevarlo a casa, así que lo llevamos a una zona donde hay gatos, como la gatera de una protectora, o un hogar de acogida. Si el perro ladra o se pone excesivamente nervioso, pero no con una conducta agresiva, podemos esperar a ver si hay algún gato al que no le afecta y se mantiene calmado. Los gatos hacen señales de apaciguamiento o de calma como los perros desde la distancia, y eso es un buen indicio. Pero lo ideal, es que sea siempre el gato el que se acerque al perro. Si no, es más complicado. Si acercas el perro a los gatos, estarás forzando la situación y se pueden agredir. Los gatos que se asusten, corran o se escondan, en principio no serían muy compatibles, pero todo dependerá de las reacciones de tu perro y de cómo hagas la adaptación, simplemente puede costar algo más de tiempo.

Si el perro está tranquilo y no reacciona de ninguna manera, tampoco te fíes de primeras. Ambos animales deben reaccionar y relacionarse de manera directa, bien sea acercándose a oler, o el gato ponerse en actitud defensiva o huir, pero debe haber un cierto protocolo de acercamiento y señales desde la distancia por parte de ambos animales. Si no lo has visto, espera hasta que ocurra y veas que el perro realmente reacciona a la presencia de los gatos, bien oliendo, mostrando interés, señales de apaciguamiento, ladrando, o queriendo huir. Si sólo mira para otro lado, bosteza, mueve el rabo y se muestra nervioso, no te fíes.

Si algún gato se acerca al perro con el rabo en alto y recto, es muy bueno por parte del gato, no te asustes, sólo estate alerta y transmite calma al perro. Si no sabes manejar la situación en positivo con un perro atado, por favor pide ayuda profesional, siempre ayuda en positivo, sin correcciones de conducta. El gato que se acerca con este lenguaje corporal viene en modo amistoso, necesita oler al perro y rozarse con él en señal de amistad y para marcarle con sus feromonas sociales, a través de diversas partes de su cuerpo (sien, barbilla, labios, mejillas, base de la cola, cadera). Si el perro tolera este frotamiento, has encontrado un posible compañero para tu gato pero aún así, conviene tener precaución y seguir las presentaciones que explicamos más adelante. Siempre estamos hablando de gatos adultos. Los gatitos pequeños tienen menos protocolo, son más fáciles en principio porque sus primeras reacciones suelen ser más rápidas y claras, además de ser más valientes a veces, pero hay un riesgo mayor a que un perro les haga daño. Si es un gatito menor de 3 meses que se asusta mucho pese a que el perro reacciona bien, poco a poco pueden construir una amistad, es cuestión de tiempo que el gato se de cuenta de que el perro no es una amenaza e irá bajando la guardia y acercándose más. Aunque ya sabes que los gatitos menores de 3 meses deben criarse además con otro gato, es muy importante. E incluso esto es aplicable a cualquier gato adulto que se asuste un poco pero no huya ni ataque al perro si no es por sentirse acorralado por él.

Si el perro se pone demasiado nervioso, todos los gatos se asustan y ninguno se acerca, vuelve atrás y corta la situación en positivo para que no continúen estresados. Puedes ir probando más adelante o con otros gatos, pero si el perro siempre reacciona así puedes probar con algún gatito más pequeño.

Cuando es muy complicado y podemos poner en peligro la vida del gato es cuando el perro muestra una conducta muy agresiva cuando ve un gato. Una cosa es querer perseguirlos pero cuando el gato se para o se defiende el perro se echa para atrás, y otra muy distinta es realmente querer agredir al gato. Aquí te diría que quizás un gato no es el compañero ideal para tu perro. No es imposible, pero es muy difícil y puede llevarte mucho tiempo y poner en peligro al gato. Confía en tu intuición y no hagas nunca nada que te haga sentir como un rechazo. Siempre que tomes una decisión, observa si sientes este rechazo o sientes por contrario una cierta armonía que te indica que todo está bien. Confía en los animales y en tu sentido común.

Encontrar compañero gato para un perro es básicamente lo mismo que hemos comentado antes, depende del carácter y necesidades del gato. Solemos pensar en que un cachorro de perro es más fácil, pero suele ser lo contrario. Los gatos ven amenaza en cualquier ser vivo que se mueva muy rápido y se acerque hacia ellos directamente sin hacer señales de apaciguamiento ni nada. Lo que suele hacer un cachorro, ladrar y correr hacia el gato. Depende del temperamento del gato y de la seguridad que tenga en sí mismo, de lo sociable que sea, verá o no una amenaza en este comportamiento del cachorro. Suelen suponer mucho estrés para un gato adulto tranquilo, porque es un acoso constante por parte del cachorro, aunque es natural para su edad estar un poco nervioso.

Si ya has elegido un perro y estás en una protectora, puedes llevarlo junto con el personal de la protectora a conocer a los gatos de allí, si tienen, y ver sus primeras reacciones. El personal de la protectora te puede asesorar también sobre qué perros son más sociables o sobre su carácter, para que vaya acorde con el de tu gato, que ya conoces bien.

Si no sabes cómo reaccionaría tu gato a la presencia de un perro, te recomiendo que antes pruebes con el perro de un amigo que pueda visitarte en casa con él. Siempre atado, puedes ver las reacciones de tu gato.

Es totalmente normal que la actitud del gato sea defensiva (bufidos, gruñidos, tensión) y que se esconda o huya. Eso no significa que sea imposible, es la reacción normal. Si tu gato se acerca al perro sin problemas y se roza con él, es totalmente compatible con perros (no con cualquiera, pero ya tiene muchos puntos positivos). Pero si tu gato al ver al perro se acerca a agredirle, emite unos gruñidos o gritos altos y largos, se tensa en exceso, corta la situación llevándote al perro tranquilamente (al gato ni lo toques), y quizás no es un perro su mejor compañero.

Conocemos muchos casos de reacciones negativas tanto de perros como de gatos hacia un sólo individuo, y luego reacciones opuestas muy positivas hacia otros. Por eso fíate siempre de ellos, de sus reacciones ante el individuo, no hacia la especie en general.

Es muy difícil valorar las reacciones en un sólo día, no te precipites y dales tiempo.

Ten en cuenta que en las protectoras de animales o casas de acogida normalmente las personas que cuidan a los animales conocen ya su carácter e incluso al tenerlos en casa puede darse la situación de que ese gato o ese perro que has elegido adoptar haya ya convivido con perros o gatos y ya te puedan dar esa información, aparte de lo que la persona te pueda contar sobre el carácter de ese animal. Es algo muy positivo, aunque luego ya sabes, cada individuo es único y un perro un gato puede llevarse bien con algunos pero con otros individuos no. Déjales elegir a ellos también.

¿Cómo hago las presentaciones entre perros y gatos?

Por seguridad, recomendamos que en la primera presentación el gato esté en un transportín grande o jaulón en alto, en un lugar estable, y entrar con el perro atado, sin tensión, además de tener siempre preparados y a mano unos premios para él. Los transportines de tela no sirven, son vulnerables y además tienen muy poca visibilidad. No pongas el transportín en el suelo, le genera mucha más inseguridad. Hay gatos que cuando ven un perro se tiran a por él, por eso el primer día lo hacemos así, para prevenir esta reacción. Si no ocurre la primera vez, no debe ocurrir más adelante.

Si la reacción del gato son bufidos y gruñidos, no te asustes, es normal y puedes alargar la situación unos minutos. Es normal que no quiera premios ni nada. Puedes sentarte con el perro o estar allí con él tranquilamente, pero intenta no darle órdenes al perro para que se siente o esté quieto. Necesitamos que el perro reaccione con total naturalidad sin estar bajo ninguna orden, cohibido. Premia siempre el hecho de que esté tranquilo, que mire al gato y le haga señales de apaciguamiento (pestañeo con ambos ojos, quitar la mirada, darle la espalda). Si le ladra o se pone muy nervioso, llévatelo sin decirle nada y libera al gato después. Lo puedes seguir intentando en otro momento y en días sucesivos. Respeta siempre la distancia de seguridad para evitar reacciones defensivas y agresiones.

Si el gato no ha reaccionado con excesiva tensión (maullidos muy largos y altos o gritos, zarpazos dentro del transportín, saltos), la próxima vez ya no tienes por qué meterlo en el transportín, pero asegúrate de que tenga siempre lugares en alto y donde meterse cuando sienta necesidad de huir. Jamás expongas al gato a ningún acorralamiento, ni en brazos, ni contra una esquina donde no pueda salir. Permítele siempre controlar la situación y que huya cuando lo necesite, que tenga espacio suficiente y una salida.

Si el gato es el nuevo y aún no conoce el resto de la casa, su lugar seguro ya sabes que es una habitación que le hemos preparado. Si haces las presentaciones fuera de ese lugar seguro, es probable que se asuste mucho más. Si el gato ya ha pasado de la habitación segura a reconocer el resto de la casa, siempre y cuando tenga esa puerta siempre abierta, no habría problema. Si se asusta, siempre volverá allí. Ten en cuenta que si el gato dentro de la habitación está escondido, muy asustado y no hace vida normal, aún no necesita el resto de la casa, no le fuerces. Deja que él te diga cuándo está listo para salir y reconocer el resto del territorio. Revisa las pautas en este artículo sobre la adaptación del gato a un nuevo entorno.

Las presentaciones irán al ritmo en que los animales lo requieran, a veces es cuestión de horas, a veces de semanas. Lo que debemos evitar son situaciones de extrema tensión y estrés, cortándolas siempre en positivo y con calma. Otra cosa importante es que no debemos tocar ni hablar a ninguno de los animales durante la presentación, tampoco debe haber gente caminando, moviéndose, haciendo ruido, niños, ni ruidos altos como la TV.

Todo este protocolo lo hacemos porque si hay una pelea entre perro y gato, es como volver 5 pasos atrás, teniendo que empezar desde cero y ya se ha generado un trauma en ambos, por tanto reaccionarán el uno al otro en base a ese mal recuerdo. Si evitamos peleas haciendo todo progresivamente, respetando la necesidad defensiva del gato y el reconocimiento del perro, todo irá bien y poco a poco ambos irán bajando la guardia. Pero el acercamiento, deben hacerlo ellos por decisión propia, al verse menos amenazados. Nosotros no podemos controlar más que el estrés y la seguridad de los animales, no está en tu mano que sean amigos.

Poco a poco, premiando siempre al perro con lo que más le guste, y al gato mediante el juego de caza (plumas, cuerdas largas, o premios de comer si le gustan mucho), vamos quitando tensión a la situación y se pueden ir tolerando. Es cuestión de tiempo, constancia y paciencia por nuestra parte.

Aparte de reconocerse visualmente, y de olerse, el gato tiene que ver cómo se mueve el perro, cómo es su lenguaje corporal, e ir tolerándolo. Se mueven mucho más que los gatos y eso les suele asustar. Por eso es importante también que el gato pueda observar al perro desde la distancia, preferiblemente desde un lugar en alto.

Los gatos generalmente necesitan dar una "colleja" preventiva al perro para ver cómo reacciona, es parte del acercamiento.

Reacciones positivas en el gato

Siempre que veas que el gato es capaz de estar delante del perro con un lenguaje coporal neutro, tranquilo, e incluso haciendo señales de apaciguamiento desde la distancia, es buen indicio. Puede convivir así con el perro aunque no se acerque a él, no debe importarte. Deja que el acercamiento y la amistad la construyan ellos solos.

Si además el gato se acerca y se frota con él, marcándole con feromonas, esto significa que le acepta en su grupo social, así que todo va bien. Y si incluso lava al perro con su lengua, da por hecho que la amistad ha sido firmada por ambos.

Pese a todo, aunque vaya todo bien, durante los primeros meses jamás dejes al perro y al gato solos en casa juntos. Es preferible que dividas un poco la casa o dejar al animal nuevo aparte y juntarlos sólo cuando tú estés, hasta que veas que la convivencia es totalmente pacífica, con contacto físico y ninguna señal de tensión o defensiva.

Olvida los conceptos de celos entre los animales, no existe en el reino animal. Si es el gato el que vivía antes en casa, procura respetar sus espacios de siempre y sus rutinas, si es el último que ha llegado, no le importará estar separado unos días. Tampoco se enfadan contigo por meter a otro animal, sino simplemente pueden sentirse algo tensos por la presencia del perro, no te lo tomes como algo personal y dale tiempo.

Si sigues estos consejos y permites que los animales elijan y hagan todo su proceso natural, todo debe ir bien. En Terapia Felina convivimos con gatos y perros adoptados de adultos que se llevan de maravilla, aunque cada uno ha tenido su proceso y alguno ha costado más que otro, de alguna manera ellos han ido eligiendo a sus compañeros.

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Adaptación gato

En resumen, hay diferentes variables que ayudarán a que la adaptación entre los animales nuevos sea un éxito si se entienden:

  • Intentar que tengan un carácter compatible entre ellos.
  • Nunca forzar nada, ir sintiendo y fluyendo con ellos.
  • Darles tiempo para asimilar la presencia del otro sin posibilidad de que se agredan, respetando la distancia de seguridad.
  • No interferir ni crear estrés alrededor de los animales que se están conociendo, de menos a más, cuantas menos personas mejor.
  • Si surgen problemas durante la adaptación, puedes contactar con nuestro equipo o ver nuestros artículos y vídeos.
  • Si quieres conocer en profundidad a los gatos para ayudarles y entenderles mejor, te recomendamos que te apuntes a nuestro curso de Comunicación Felina, ¡es maravilloso!

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