Autora: Laura Trillo Carmona.
El mayor motivo por el cual nació Terapia Felina fue para tapar un gran agujero que existe en cuanto a la comprensión y trabajo del comportamiento felino.
Siempre se ha usado “problema de comportamiento” o “problema conductual” cuando nos referimos a un comportamiento del gato que molesta a las personas. Echamos toda la culpa al gato y buscamos una corrección de conducta, que nos favorezca a las personas, no a los gatos, que elimine esa conducta que nos molesta. Además, regañamos y castigamos a los gatos porque según las personas, se portan mal, es decir, no nos favorecen ni nos hacen caso. Es terrible.
En Terapia Felina siempre hemos visto las cosas de otra manera y así es como trabajamos, porque hace muchos años entendimos la realidad de lo que ocurre desde la perspectiva de los gatos. Eso que te molesta, le molesta a él también. Estamos absolutamente en contra del intento de modificación de conducta, de la corrección, el castigo, y del uso y modificación de los animales en favor del humano, de un humano que no entiende ni empatiza con el animal.
Un gato feliz no tiene ansiedad, no muerde a nadie, no ataca a nadie, no orina fuera de su arenero, no maúlla todas las noches, no se pasa el día escondido. Un gato feliz no “molesta” a las personas. Pero queremos que no tengan problemas y simplemente se dejen hacer por las personas lo que queramos y además que no molesten. Queremos abusar de ellos, tocarlos cuando queramos, agarrarlos, que no nos bufen ni se muestren agresivos, pensando que somos la autoridad y no pueden hacernos eso, lo tomamos como algo personal. ¡Tenemos mucho que aprender aún! Por favor mira el vídeo si quieres entender un poco más.
