Agresividad felina

La agresividad en los gatos

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La agresividad en los gatos

entenderla y prevenirla

Autora: Laura Trillo Carmona.

Las conductas agresivas de los gatos son uno de los principales motivos de abandono y sacrificio de gatos, y lo que las personas aún no entienden, es que la agresividad en los gatos no es natural sino como consecuencia de una serie de carencias y de tipos de relación que establecen las personas con ellos. ¿Tenemos la responsabilidad de ello siempre entonces? Sí, siempre, te explicamos por qué.

Tal como explicamos en profundidad en el curso de Comunicación Felina, el carácter de los gatos se va formando en los primeros meses de vida. En estos primeros meses, tienen unas necesidades muy concretas para crecer de manera equilibrada, siendo gatos adultos sin ningún problema de ningún tipo. Generalmente las personas no conocemos ni respetamos este aprendizaje, pensando que cuanto más pequeño sea el gato mejor para nosotros, así que los adoptamos demasiado pequeños y más adelante nos damos cuenta de que comienzan a presentar lo que se llaman “problemas de comportamiento“, sobre todo “conductas agresivas”, de las cuales hay diferentes tipos y con diferentes orígenes. Vamos a intentar resumirlas por darle una visión general y sobre todo para hablar de su prevención. Tratamos la agresividad en mayor profundidad también en nuestro Taller de Agresividad y Miedo en los gatos.

Durante el primer mes de vida, los gatitos sobreviven bajo los cuidados de su madre. A partir del mes de vida, en que empiezan a relacionarse e independizarse un poco, es cuando empieza el gran aprendizaje del que dependerá su vida después.

Si se crían con sus hermanos y madre, socializarán y tendrán todas las herramientas necesarias para relacionarse y gestionar el estrés. Si se crían sin otros gatos y sólo con personas, es donde empiezan los problemas.

La mayoría de las personas que adopta un gatito se queja de que el gatito muerde y no saben cómo reaccionar. Algunas personas siguen malos consejos por internet, como regañar, inmovilizar, agarrar por la piel del cuello, echarles agua con un spray, y todo tipo de barbaridades. Otras personas hacen todo lo contrario, juegan con las manos con ellos, les provocan y enfadan. Ambas cosas están lejos de equilibrar al gatito y son la causa por la cual ese gatito crece con problemas de agresividad.

A partir del mes de vida, los gatitos comienzan a morder todo de manera natural, a sus hermanos, su madre, comienzan a jugar y a relacionarse, y sólo otro gato puede ayudarle a entender los límites y el autocontrol, nunca una persona lo hará de la misma manera. A través del juego con otro gato o gatito es como aprenderán todo lo que necesitan. Aunque las personas no jueguen con las manos cuando son pequeños, crecerá con carencias en su aprendizaje. Por eso siempre insistimos en que no se adopte un gatito solo, sino que vaya con un hermano o siempre con otro gato que quiera jugar con él, es aquí donde nosotr@s somos los responsables de su futuro. Crecer con gatos que ignoran al pequeño no le ayudará tampoco, sino que incluso puede acabar en un problema de acoso entre gatos.

Agresividad felina
Si respetamos sus procesos de aprendizaje desde pequeños, los gatos serán adultos equilibrados sin problemas

Poder relacionarse con su propia especie desde bebés le da seguridad, les da un referente, una buena gestión del estrés en situaciones complicadas, autocontrol de su agresividad nata como cazador y animal territorial que de adulto puede tener que defenderse ante otros gatos, crecerá siendo capaz de adaptarse a muchas situaciones nuevas sin sufrir excesivo estrés ni perder el control. No se relacionará con agresividad con las personas, pues esto no es natural en ellos, ni tendrá episodios de Agresividad Redirigida (AR).

 

Tipos de agresividad en los gatos

Hablando de conductas agresivas en los gatos, hay diferentes tipos, según sea el origen, la situación y cómo se siente el gato para agredir a alguien, aparte de cómo sea su base, su temperamento y aprendizaje.

Agresividad aprendida. Consecuencia de haber jugado con las manos desde que son pequeños. Según crecen, se relacionan siempre mordiendo, para cualquier cosa. Si están nerviosos, contentos, si quieren dormir encima tuya, si se aburren, siempre te morderán. Además, son gatos que viven con más estrés que un gato equilibrado, por eso muerden en diferentes situaciones a lo largo del día que parecen “aleatorias”.

Agresividad Redirigida (AR). Es una agresividad muy violenta que se da por episodios repentinos, en gatos que cumplen con este perfil del que hablamos: se criaron solos con personas, jugaron con las manos con ellos, e incluso en muchos casos son gatos a los que han regañado mucho. En un momento de pánico repentino, por algún susto externo o situación de mucho estrés, el gato pierde el control y agrede a la primera persona o animal que está cerca, de manera muy violenta. Las personas se asustan y abandonan o sacrifican al gato, cuando en realidad es algo que se puede trabajar, en Terapia Felina lo trabajamos a diario con muchos gatos para devolverle el equilibrio y enseñando a las personas otra manera de relacionarse con su gato.

Agresividad por miedo (defensiva). Si un gato tiene que defenderse está preparado para ello, y las personas no deberíamos llevar a ningún gato al extremo de tener que defenderse de nosotr@s. Hay situaciones de emergencia como los rescates en que a veces tienes que actuar rápido y el gato no lo pasa bien, pero hablando en general, no deberíamos nunca llevar a un gato a ese extremo, sino identificar su lenguaje defensivo, su “no quiero”, y respetarlo. Cuando un gato bufa, gruñe, o lanza la pata, está pidiendo que no te acerques y que retrocedas, que no le molestes. No importa que tenga un mes de vida o sea adulto, la sensación es la misma y el lenguaje también, por tanto, lo debemos respetar. Este tipo de agresividad es temporal y corresponde a una situación en concreto. Un gato no puede vivir en este estado siempre, si es así, no le estamos escuchando.

Agresividad entre gatos (gatos indoor, domésticos). Es muy frecuente que haya gatos que no se llevan bien y que se produzcan problemas de acoso entre ellos. En general hablamos de gatos domésticos esterilizados que viven en interior. Sus malas relaciones suelen deberse a incompatibilidades, situaciones de estrés y a no haber hecho bien las presentaciones entre ellos.

Agresividad por estrés (leve). Se puede dar en situaciones en las que el gato no se encuentra bien o se ve superado por la situación, como una visita a  la clínica veterinaria, una molestia o algo repentino. Es algo puntual y es fácil identificar qué le ocurre. Los gatos equilibrados no suelen agredir ni siquiera en situaciones de estrés, pero los gatos que no socializaron bien son los que sufren más el estrés y pueden reaccionar así. No es justo que l@s veterinari@s les etiqueten como “gatos malos” por el hecho de no dejarse manipular en una situación tan hostil para ellos. No existen los gatos malos, si agreden, intenta sentir cómo se están sintiendo ellos para tener que defenderse así.

Agresividad predatoria. Es natural y no presenta ningún problema, salvo que el gato esté aburrido y no tenga otro gato para jugar. La agresividad predatoria es la que comienza aproximadamente al mes de vida y la que desarrollan de manera equilibrada cuando juegan con otros gatos y con presas u objetos. La agresividad predatoria desequilibrada es cuando un gato crece solo y ya siendo adulto caza a las personas, los pies, las manos, muerde cuando está aburrido y es muy activo.

 

Prevenir las conductas agresivas en los gatos

En realidad prevenir la agresividad es muy sencillo y tenemos que responsabilizarnos mucho de ello, pues somos las personas las únicas que podemos parar esto:

 

Si sigues esta fórmula, tendrás un gato equilibrado de por vida. Todo lo que se te ocurra para no hacer esto, realmente son excusas. ¡Si quieres un gato equilibrado sin problemas de agresividad de ningún tipo, confía en nosotras!

 

Trabajar las conductas agresivas en los gatos

Para poder trabajar cualquier tipo de agresividad en el gato de una familia o protectora de animales, es imprescindible que las personas entiendan la causa y se impliquen al 100% en ayudar al gato a ser equilibrado. Cualquier problema de agresividad se puede trabajar a cualquier edad. Por tanto, según sea el gato y cómo sea su conducta o comunicación agresiva, realizaremos un trabajo u otro. Pero siempre, para todos, tenemos una norma: quitarles toda la presión posible. Una vez vemos cómo se siente el gato y cómo actúa sin esa presión, comenzamos a trabajar más a fondo. No se puede trabajar con un gato bajo presión, si le regañan, si lo someten a estrés, si lo obligan a algo. Todo esto tiene que parar para que veamos realmente cómo es y cómo está el gato, para darle así las herramientas que necesita, y lo mismo para sus personas.

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En resumen, tenemos que comprender que las conductas agresivas de los gatos no son naturales, ni tampoco debemos sentirnos víctimas de ellos. Todas estas conductas agresivas corresponden a cómo el gato se siente y qué ha aprendido, por tanto hay que entenderlos en vez de condenarlos.

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