Las relaciones entre gatos

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Las relaciones entre gatos

de la simple tolerancia a la intimidad

Autora: Laura Trillo Carmona.

Muchas personas no saben si sus gatos se llevan bien realmente, o piensan que la relación entre ellos puede mejorar o debería ser mejor. Otras veces las personas no son conscientes siquiera de que los gatos necesitan un proceso de adaptación que a veces puede llegar a ser tedioso y complicado. En este artículo repasamos el significado de los vínculos y relaciones, así como los signos positivos o los síntomas de acoso o mala relación.

Sabemos que el gato que vive en el interior de un hogar no vive en su hábitat natural, y su relación con otros gatos puede ser muy diferente a cuando viven en libertad.
Para una buena convivencia debemos saber una serie de cosas sobre los gatos, cómo se relacionan, su lenguaje corporal, qué se comunican entre ellos, cómo sus relaciones nos afectan a nosotr@s y viceversa. También el equilibro que existe entre ellos, cómo este equilibrio se rompe en ciertos momentos, qué pasa cuando fallece uno de los gatos o viene uno nuevo, qué condiciona la relación entre los gatos, cómo es la relación entre adultos y bebés.

Las relaciones entre gatos
Los gatos llevan relativamente poco tiempo viviendo en interior con muchos gatos que no son su familia, y aún están adaptándose a ello

Siempre se ha hablado de la independencia de los gatos como si fuera algo negativo, pero sólo si conocemos su naturaleza podemos comprenderlo. Nos hemos olvidado de dónde vienen nuestros gatos. Los antepasados de nuestros gatos eran animales solitarios, territoriales y cazadores, tal como siguen siendo nuestros gatos domésticos. Eran animales salvajes, que se han ido adaptando en el tiempo, sin perder su esencia. No han sido domesticados por el humano como ha pasado con otros animales. El gato se ha acercado a nosotr@s habiendo beneficio mutuo en un principio, o con esa aparente excusa, y ha evolucionado a nuestro lado, cambiando incluso su lenguaje vocal para comunicarse con nosotr@s y su lenguaje corporal. Esto ha supuesto para el gato aprender a vivir de una forma diferente, no pudiendo realizar gran parte de su comportamiento natural en interior, pero también ha tenido que aprender a vivir en grupos, cuando no es un animal preparado para ello originalmente.

Podemos ver a los gatos en su esencia si nos fijamos en gatos que viven en libertad en un entorno rural, no en las calles. Si hay recursos suficientes, presas, en un territorio muy extenso, apenas vas a ver más de dos tres gatos juntos y suelen ser familia. No vas a ver nunca una colonia de 20 o 30 gatos juntos, a no ser que no puedan salir o no haya alimento alrededor. Pero si viven en un entorno rural cercano a pueblos por ejemplo, que sería su hábitat, siempre hay recursos alimentarios y los gatos van a preferir estar más tiempo solos. En época de cría podemos ver gatos juntos, pero no tanto después, excepto una camada de hermanos o gatos que son familia, por ejemplo.

Los gatos en estado natural sin intervención humana forman sociedades matriarcales, no son jerárquicos, no existen los machos ni hembras alfa, pero sí puedes ver en muchas colonias felinas o incluso en casa, que respetan al gato más mayor de la colonia. Y este gato o gata, siempre tiene un carácter firme, tranquilo, que no cede a las provocaciones de los más jóvenes ni se deja tampoco debilitar. Es un gato o gata muy equilibrado y por eso es el patriarca o la matriarca. Pero en la teoría nos cuentan que los grupos felinos los forman hembras emparentadas entre ellas y luego algún macho adulto, y alguno joven de la camada anterior.

Cuanto más extenso y más recursos tenga un territorio, menos gatos juntos habrá.

Pero en las colonias urbanas, aunque los gatos estén en libertad, no están en su entorno natural y lo que intentan es sobrevivir. Los únicos recursos alimentarios que hay está en las basuras o en los alimentos que los humanos proporcionamos. No cazan y dependen de nosotr@s, se juntan demasiados gatos en un lugar, y es cuando vemos los problemas: enfermedades, cría descontrolada, peleas, mucho estrés, superpoblación y hacinamiento. Esto es porque no están en su entorno natural y el humano los alimenta, y por eso hacemos control de colonias felinas. Están en un entorno urbano, dependiendo de nosotr@s, y teniendo que convivir con demasiados gatos en un territorio no muy grande, sin apenas recursos.

Al acercarse los gatos a los seres humanos hace miles de años, empezaron a alimentarse de los restos de nuestra comida, de los roedores que habitaban nuestros graneros, de lo que nosotros les dábamos. Así que desde entonces comenzamos a tener una relación con ellos cada vez más estrecha, pero ellos han tenido que adaptarse a que haya otros gatos alrededor, compartiendo estos recursos.

Es algo que aún a día de hoy les cuesta a muchos, pues el gato sigue siendo un animal territorial con un lenguaje corporal mayormente defensivo hacia otros gatos, sintiéndose amenazado ante la presencia de otros gatos, sobre todo en un entorno cerrado como el de nuestros hogares.

Su territorialidad le ha servido siempre para poder mantener su línea genética y sus zonas de caza, para poder sobrevivir tal como es. Compartir territorio y recursos con otros gatos en general es lo que más les está costando, pero muchos gatos ya sabéis que son muy sociables, aunque la mayoría tiene problemas al relacionarse con otros gatos, a aceptarlos al principio, pero lo peor es tener que convivir con muchos gatos.

Es algo innato en ellos. Podemos ver 10 gatos conviviendo en un hogar pacíficamente, pero por lo general suelen somatizar estrés en algún momento o tener roces con alguno de los otros gatos. No hay un número mínimo ni máximo de gatos que pueden convivir en equilibrio. Como depende de las relaciones individuales entre ellos y de cada individuo, nos debemos guiar por ello y por nuestra sensación. Muchas personas recomiendan mucho que dos gatos es mejor que uno, y no siempre es cierto. Es como si afirmáramos que todas las personas deberíamos tener pareja o vivir con otras personas, no podemos afirmar tal cosa, porque cada persona es diferente y única, al igual que los gatos.

 

¿Cuándo un gato necesita compañía?

Los gatos que son muy sociables con otros gatos, los gatos activos que necesitan jugar cuerpo a cuerpo, y gatos a los que les gusta la compañía y afecto de otro gato, suelen echar en falta otro gato. Pero evidentemente, no a cualquier gato. La compañía de otro gato en estos casos les aporta entretenimiento, juego, relaciones afectivas, y compartir la energía del hogar, de las personas, la suya, sanarse y equilibrarse el uno al otro. Pero sus relaciones son únicas y cualquier gato no es compatible.

 

¿Cuándo un gato no necesita compañía?

Los gatos menos sociables con gatos, más independientes (que no necesitan relaciones afectivas), los gatos inseguros en su relación con otros porque se criaron sin otros gatos, y también los gatos más territoriales, suelen ser los que más problemas tienen a la hora de convivir o conocer otros gatos adultos. Las relaciones entre los gatos relaciones se basan en el carácter en el carácter individual de cada uno y en las conexiones que realizan, por eso no hay una regla general para ninguno. ¿Tu gato es sociable con otros gatos o más bien territorial o inseguro?

Hablamos a nivel general, no es una regla para todos. Muchos gatos territoriales pueden convivir con otros gatos compatibles, muchos gatos inseguros criados solos pueden conocer un gato ya siendo adultos y tener una bonita relación, etc. Simplemente a veces es algo más complicado, y también hay gatos que son incompatibles y no quieren convivir. Por eso siempre debemos verlos como individuos únicos con sus aprendizajes, experiencias y carácter único, para sentir si sería feliz con compañía gatuna y también, quién sería su compañero o compañera ideal.

 

El lenguaje entre los gatos

El gato no tiene muchas habilidades sociales al no ser un animal social. Su lenguaje corporal básico con los otros gatos nuevos es mayormente defensivo y desconfiado. Necesitan un largo protocolo para confiar en el otro gato y aceptarlo cerca, superando la distancia crítica corporal.

En libertad pueden elegir si se acercan o no al otro gato, si se pelean o huyen. En casa ya sabes que no tienen opción y por eso encontramos dificultades al juntarlos. Muestran este lenguaje defensivo e intolerante y tardan un tiempo, si lo consiguen, en aceptar la presencia del otro gato, sobre todo si es adulto, y sobre todo, si son de carácter territorial, miedoso, inseguro o poco sociable.

Los territorios en los que viven los gatos están completamente marcados con las feromonas de los gatos que viven allí. Estas feromonas, territoriales, sociales, sexuales, es la primera comunicación entre los gatos, es la comunicación química. Contiene información suficiente para que cualquier gato que las huela sepa el sexo del otro gato, su estado de ánimo y de salud, hace cuánto tiempo que pasó por allí y que dejó estas feromonas, si está en celo y en qué fase está. Si aún oliendo estas feromonas que indican el territorio de otro gato deciden avanzar, se lo van a encontrar tarde o temprano, y aquí comienza el protocolo entre ellos, que depende de su carácter:

  • Si uno de los dos (o los dos) es muy territorial y con un carácter seguro, tenderá a ir directo a agredir al otro gato para echarlo. Puede haber una pelea muy fuerte pero siempre acaba cuando uno de los gatos huye del territorio.
  • Si son territoriales pero no quieren conflicto, empiezan con un lenguaje ofensivo/defensivo para intentar echar al otro gato a base de amenazas (lenguaje corporal). Puede haber una persecución hasta echar al otro gato o puede acabar en una pelea si el otro gato se enfrenta igualmente. Lo normal es que quieran evitar el conflicto.
  • Si ambos tienen miedo y no quieren conflicto, comienzan con un lenguaje corporal defensivo y con señales de calma y de distracción. Esto puede acabar en persecución o con alguno de los dos huyendo, o acercándose mediante señales de calma. Es menos intenso que los primeros casos.
  • Si ambos son muy sociables o uno de ellos, aún así serán cautelosos, y tendrán un lenguaje corporal de señales de calma y también provocativo, para comprobar si el otro gato viene de buenas o les quiere agredir.
  • Si uno de ellos es muy miedoso, se muestra a la defensiva, puede convertirse en objeto de persecución o acoso, pero si no hay más recursos en la zona no se podrá ir y lo pasará muy mal, siendo atacado frecuentemente. Incluso se genera a veces una cadena, un gato ataca a otro y este ataca a otro más.

 

Los gatos más mayores o los más sociables suelen ayudar a mantener el orden de una forma muy neutra y equilibrada, pero no siempre existe esta figura y no siempre se involucran.

 

En libertad, los gatos tienen sus propias leyes y nosotros no podemos influir mucho en sus relaciones ni protocolos

 

Todos estos protocolos pueden durar días, semanas, hasta que los gatos van acercándose, salvo en los primeros casos. Ellos saben hacerlo y llevan el ritmo. Los gatos domésticos que no han salido nunca a la calle no tienen por qué ser menos habilidosos en sus relaciones sociales que los gatos que han vivido en la calle.

En nuestra casa, en interior, todo esto ocurre igual pero no tienen opción de huida, ni tampoco espacio suficiente como para no sentirse invadidos ante la presencia de otro gato. Introducimos a uno de los gatos a la fuerza en el territorio del otro y pretendemos que se lleven bien de primeras, cuando ni siquiera se han olido ni se han visto claramente, desde lejos. No se han podido comunicar ni de forma química, ni corporal. Reaccionan ante la invasión, con miedo, a la defensiva o atacando. Por eso, debemos tener cuidado y realizar un protocolo de presentación dándoles tiempo.

Si hacemos bien las presentaciones, y los gatos son compatibles, conseguiremos que se lleven bien y se adapten.

Entiende cómo se siente un gato cuando conoce uno nuevo en interior, de repente: Invadido y asustado. Como si de repente aparece una persona extraña viviendo en tu casa, y si además se pone a la defensiva o agresiva contigo, el conflicto es insoportable.

 

Tipos de relaciones entre gatos

Hay diferentes tipos de relaciones entre gatos, tan infinitas como individuos existen, dependiendo de su carácter y de cómo se sienten. Pero generalizando mucho, podemos enumerar algunas combinaciones frecuentes.

Ten en cuenta lo siguiente: Insistimos en que cada gato tiene un carácter diferente y establece relaciones diferentes con cada gato con el que se relaciona. Las relaciones entre gatos son individuales, no se puede valorar la sociabilidad de un gato con otros gatos sólo por una relación. Actuará diferente según su carácter y sea el carácter del otro gato también, así como ocurre con las personas. ¡Cada relación es única! ¡5 gatos juntos tendrán unos 20 tipos de relación, una con cada gato!

  • Gato tímido con gato muy sociable: es ideal, aunque el gato tímido a veces no quiere tener contacto con los humanos con los que vive, pero no puede vivir sin el otro gato. El gato sociable es una referencia y figura imprescindible para este gato tímido. Si los separas, el gato sociable puede adaptarse, pero el tímido sufrirá mucho y puede incluso enfermar. Sólo quiere estar con ese gato.
  • Los hermanos: Tienen mucha confianza entre ellos y pueden jugar de forma extrema sin enfadarse. Trabajamos muchas veces con hermanos porque su relación se ha quebrado en un juego salido de tono por ejemplo, pero no es lo habitual y siempre es recuperable. Una relación entre hermanos es mucho más íntima y podemos comprobarlo cuando convivimos con hermanos y otros gatos que no son de la camada, nunca tendrán esa intimidad y confianza. Los “hermanos” pueden ser también gatitos que se han criado juntos desde pequeños.
  • Gato o gata tímido con gato muy activo y seguro de sí mismo: De esto hablamos en el artículo sobre el acoso entre gatos. El gato tímido no sabe poner límites, se asusta, muestra un lenguaje muy defensivo y ello provoca al otro gato a perseguir o atacar, lo que se convierte en un problema de acoso.
  • Gatos muy sociables juntos: ¡Es amor puro las 24 horas! El hecho también de que un gato sea muy sociable con un gato no quiere decir que lo sea con todos los gatos. Puede llevarse de maravilla con un gato pero no tolerar a ninguno más.
  • Gato selectivo con otros gatos: Este gato puede tener buena relación con uno o varios gatos en casa, no teniendo relaciones demasiado afectivas, o quizás sólo con uno (el más inseguro por ejemplo o el más juguetón), pero no tolerar y ser muy territorial con otro nuevo. Hay que hacer caso a los gatos cuando ellos saben perfectamente qué gatos han de quedarse y cuáles no. Hay muchas situaciones que se pueden trabajar y ello aportará mucho a la persona, pero otras veces forzamos demasiado por querer quedarnos con un gato porque es muy amoroso con nosotr@s pero nuestro otro gato no lo tolera. Los gatos amorosos nos llaman más la atención y debemos tener cuidado con cómo elegimos a nuestros gatos.
  • Gatos jóvenes o adultos y activos juntos: ¡Prepara tu casa para un vendaval! Es muy divertido, se complementan muy bien y con el juego ganan mucha confianza el uno con el otro. Pueden tener momentos también de querer estar separados.
  • Gato joven activo y gato adulto tranquilo: Otro caso que puede terminar en un problema de acoso y estrés. Si el adulto sabe poner límites y el joven los acepta no hay problemas, pero a veces el joven necesita jugar cuerpo a cuerpo y el otro no, por eso termina frustrándose y convirtiéndose al final en un problema de acoso.
  • Gatos adultos y tranquilos juntos, no muy sociables: Puedes ver este tipo de relación, en la que los gatos pese a que se toleran no tienen una relación íntima o afectiva. Incluso hay casos en que se bufan cuando se cruzan pero nunca se pelean. Se toleran en el territorio y comparten algunas zonas pero no mucho más. Aunque vemos muchos casos de gatos que tienen una relación así y cuando fallece uno de los gatos, el otro lo pasa muy mal y sufre la ausencia. Es importante que entendamos que las relaciones entre gatos no las podemos valorar sólo en si se acicalan el uno al otro o no. Pueden quererse mucho pero mantener las distancias.

 

Intenta no romper el equilibro en casa teniendo demasiados gatos, obsérvales y nunca fuerces

Comunidad equilibrada

Nuestros gatos en casa, una vez pasados los protocolos iniciales, suelen llevar una buena relación entre ellos, y permanecer equilibrada toda la vida. Suelen funcionar en grupo e individualmente. Pueden reaccionar todos al mismo estímulo pero de forma diferente y contagiar su reacción al otro. Tienen reacciones en cadena a veces, sobre todo cuando se asustan o hay alguna pelea, todos reaccionan. Si uno de asusta se pueden asustar todos, si uno suelta feromonas de alarma, se alteran todos.

Cuando existe un desequilibrio en la comunidad de nuestros gatos, podemos ver siempre alguno de estos síntomas:

 

Esto suele ocurrir cuando hay mala relación entre ellos y cuando tenemos un exceso de gatos en casa. No hay un número fijo que te pueda asegurar que una colonia funcione, depende de cada uno. En exterior siempre es diferente. Pero en interior, siempre estate pendiente de cualquiera de estos síntomas, que suelen ocurrir desde la llegada del último gato. Esto te puede indicar que se rompió el equilibrio. Ocurre frecuentemente en las casas de acogida, y en las protectoras es permanente dado el número de gatos que entran y salen.

 

¿Qué rompe una relación entre los gatos que funcionaba bien?

Gatos que siempre se llevaron bien pueden tener conflictos por diferentes motivos. Lo importante es que te fijes en cómo se siente cada uno, qué puede haber cambiado en uno de ellos, y que no dramatices mucho, ¡ya que todo se puede trabajar!

  • La llegada de otro gato, puede desequilibrar una buena relación y equilibrio entre los que ya viven en casa, por eso recuerda no forzar y hacer bien las presentaciones, con tiempo de sobra y sin prisas.
  • Enfermedad o malestar que hace que uno de los gatos esté irritado. Si uno de los dos gatos se encuentra mal, puede cambiar su lenguaje hacia el otro gato y evitarlo o mostrarse irritado. Muchas personas piensan que de repente uno de los gatos acosa al otro y regañan al que acosa, sin darse cuenta de que el que ha cambiado es el acosado, porque no se encuentra bien. Nunca regañes, intenta siempre ver qué está pasando, sin juicios.
  • Un episodio de agresividad redirigida por un susto. Si ocurre, muchas veces tenemos que hacer un trabajo de lo que nosotras llamamos “reconciliación”. Puede ser un trabajo de meses pero merece la pena siempre, recuperar esa buena relación que siempre tuvieron.
  • Conflictos en la pareja o internos que tienen que expresar los gatos. Los gatos también expresan lo que viven, y si en casa hay conflictos, no te extrañe que tus gatos expresen estos conflictos entre ellos. ¡Lo natural, es ser feliz y estar bien! Si hay conflicto en casa, hay que trabajarlo en un@ mism@, desde dentro hacia afuera.
  • Malentendidos, juegos subidos de tono que acaban en agresión porque uno de los gatos se asusta y se defiende en vez de jugar.

 

Por otro lado, teniendo una comunidad de gatos equilibrada, que convive con nosotr@s y nuestra familia, vemos cómo entre ellos tienen sus diferentes relaciones y con sus personas, como decíamos. Podemos ver bien los vínculos entre ellos y nosotr@s, con qué conecta más cada uno, si con el otro gato, con un@ de nosotr@s o alguna parte de nosotr@s.

 

¿Qué ocurre cuando uno de los gatos fallece?

Cuando uno de los gatos fallece, hay una desestructuración temporal, la energía cambia y los gatos deben adaptarse a ello, aparte de acompañarnos en nuestro duelo. La energía del gato que ha marchado sigue en casa por un tiempo, y el resto de gatos pueden sentirla, verla y comunicarse con ella, por mucho que nos cueste creerlo. Pensamos que maúllan porque están buscando al otro gato, pero lo cierto es que muchas veces están equilibrando y armonizando la energía de casa, entre otras cosas, tras un fallecimiento.

El duelo es importante respetarlo el tiempo que sea necesario, por eso, si perdemos a uno de nuestros gatos, es mejor no adoptar otro enseguida. Muchas personas sienten pena porque sus gatos se llevaban muy bien y como uno se ha quedado solo, piensan que está triste y necesita compañía urgente. Pero como venimos diciendo en este artículo, las relaciones son únicas y exclusivas. Su compañero no volverá, hay que hacer el duelo juntos, y más adelante cuando se sienta todo más reposado y armonizado, llegará el gato que decida llegar, o lo atraeremos, y tendrá una relación totalmente diferente con ese gato. Pero nunca intentemos sustituir a un gato en pleno duelo de manera forzada. Te recomendamos leer “Cómo elegir a mi gato“, te ayudará.

 

Señales para entender si nuestros gatos tienen una buena relación

Para las personas que aún dudan:

  • Acicalamiento: es lo más íntimo que pueden hacer, aunque no todos los gatos tienen por qué hacerlo. Si lo hacen, significa que se aceptan y que tienen una relación de confianza, amorosa e y afectiva. A veces el acicalamiento acaba con algún bufido y revolcón, pero es normal y no significa que se lleven mal. A veces uno de los dos es muy pesado y el otro le dice “basta”.
  • Nariz con nariz: es un saludo positivo, aunque como decíamos puede darse en gatos que se están conociendo y que no confían aún el uno en el otro. En nuestros gatos es un saludo amistoso y reconocimiento.
  • “Prrr” agudo, también es un saludo amistoso, sobre todo cuando ve al otro gato.
  • Señales de calma: es el lenguaje corporal más poderoso. Entre gatos que se conocen y se llevan bien es un signo también de amistad, pero entre gatos que se están conociendo, es una señal positiva que indica que no quieren conflictos. Pero hay que tener cuidado cuando presentamos gatos, porque el gato hace gestos parecidos a las señales de calma, sólo como estrategia para parecer distraído, que el otro gato baje la guardia, y atacarle entonces, igual que hacen con sus presas. Por eso es importante siempre mirar el contexto de la situación. Esto pasa en las presentaciones o en los casos de acoso, pero no suele ser entre nuestros gatos que se llevan bien.
  • Duermen juntos o comparten espacios: Sobre todo cuando uno de los gatos se mueve, que el otro no lo persiga, que no se molesten y puedan hacer vida aunque sea sin relacionarse mucho.
  • Uno de los gatos provocando al otro boca arriba: cuando se llevan bien es una invitación al juego, el otro gato no puede resistir tirarse encima. Pero cuando es una presentación, puede ser o una señal de calma (el gato está relajado y no cambia a una actitud más agresiva si no consigue nada o si el otro baja la guardia) o una forma de aparentar estar indefenso para provocar al otro y atacarle después.
  • Juegos bruscos que acaban con los gatos uno al lado del otro y una convivencia normal diaria, son sólo juegos, ellos se entienden y se marcan los límites. Observa cómo se comunican tus gatos y verás cómo ellos se entienden bien. Cuando no, es cuando vemos los problemas. También muchas veces los gatos se miden durante el juego, sobre todo los gatos menores de un año con un gato adulto. Depende del gato adulto que la relación se mantenga equilibrada y el gato joven no se pase, o se convierta en un problema de acoso al no poder huir de casa o ser “desterrado”.

 

Recuerda que tu gato te expresa y manifiesta, y que cualquier conflicto entre tus gatos puede hablar de tus conflictos también. Pero una buena relación entre gatos en el entorno en el que hoy viven es también ya normal y es una bendición. Cuando algo no va bien, recuerda que siempre hay algo para ti y que se puede entender a los gatos para volver al equilibrio.

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de lo más importante

Las relaciones entre gatos

En resumen, las relaciones entre gatos son infinitas y únicas porque dependen de dos individuos, de su personalidad y trasfondo, por eso es difícil generalizar:

  • Los gatos son animales territoriales con su propia especie, pero se están adaptando a vivir en grupos en interior.
  • Para asegurar una buena relación entre gatos, hay que procurar una cierta compatibilidad y lo más importante, hacer bien las presentaciones.
  • Los gatos pueden vivir pacíficamente y tolerarse sin necesidad de tener una relación afectiva entre ellos, aunque esto te decepcione. El tipo de relación que tendrán depende de ellos.
  • Todos los problemas se pueden entender y trabajar, si tus gatos se llevaban bien y ahora tienen conflictos, no te preocupes, ¡podemos trabajarlo!
  • Si necesitas ayuda, puedes contactar con nuestro equipo o ver nuestros artículos y vídeos.
  • Si quieres conocer en profundidad a los gatos para ayudarles y entenderles mejor, te recomendamos que te apuntes a nuestro curso de Comunicación Felina, ¡es maravilloso!

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